Si alguna vez pensamos en encontrar a Dios en la ciencia, seguramente lo imaginamos en relación a la astronomía, la física, la biología o la genética. Pero tal vez la prueba de la existencia de Dios esté más cerca de lo que pensamos. Quizás lo encontremos a la vuelta de la esquina en la más abstracta y a la vez exacta de todas las ciencias: la matemática.
Desde los inicios de la
ciencia el hombre se preguntó por qué la matemática se corresponde tan
perfectamente con el mundo real. No hay filósofo que no se haya topado con esa
gran pregunta ¿Por qué la matemática es
una herramienta idónea para manejarnos en el mundo donde vivimos? ¿Por qué el
mundo es tan indefectiblemente matemático?
No hay comentarios:
Publicar un comentario